Archidiócesis Barcelona
Barcelona existe como obispado almenos desde el siglo IV, pero como arzobispado desde el año 1964, gracias al papa Pablo VI, según la bula «Læto animo». Era un arzobispado exento, sin diócesis sufragáneas y directamente sujeto a la Sede apostólica. Mantenía, sin embargo, una estrecha unión con los demás obispados catalanes que formaban la denominada provincia eclesiástica Tarraconense.